Pues parece que el único que no tiene clara esta premisa es el propio deán de la Catedral de Santiago, José María Díaz, quien podría haber puesto en peligro la investigación sobre el paradero del Códice Calixtino. Suponemos que lo hizo sin mala intención, pero no se cortó un pelo cuando, a preguntas de los periodistas, contó que la Policía estaba casi convencida de que la reliquia seguiría todavía en España y que podrían tener cercado al ladrón.
De hecho, tras estas declaraciones del religioso las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado temen que el Códice pueda ser quemado al verse acosado.
Por cierto que parece que a la Policía no le ha gustado nada que el deán desvelara estas pesquisas y nosotros no paramos de pensar que ‘en boca cerrada no entran moscas’.
