Una nueva convocatoria electoral en Grecia, lo mismo que su salida del Euro, están más cerca. Ello es así por varios motivos, el primero la negativa de la Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA), a entrar en el gobierno; la segunda, que el resto de los partidos minoritarios, empezando por Izquierda Democrática, nunca apoyarían un ejecutivo sin la izquierda radical, y la tercera que SYRIZA es, ahora mismo, la favorita para alzarse con la victoria en unas segundas elecciones legislativas.
Todo ello complica la continuidad helena en el Euro porque, mientras que los conservadores de Nueva Democracia y el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), son partidarios del rescate por parte del la Unión Europea y de completar los recortes que la UE exige a Grecia, SYRIZA, no quiere saber nada, ni del rescate, tal y como está planteado, y menos de los recortes que, como ha denunciado su líder, Alexis Tspiras, llevarían al país a una larga ruina.
A ello se une una nueva circunstancia, Tspiras gana apoyo popular cada día; este político, alejado de lo que representan el conservador Antonis Samaras y el socialista Evangelos Venizelos, ha logrado que las encuestas auguren la victoria de la Izquierda Radical si hay que ir a otros comicios, su figura es la preferida por casi el 20% de los votantes para desempeñar el cargo de primer ministro y, lo que es más importante, Nueva Democracia y PASOK no pueden formar gobierno sin él.
