En el comienzo del juicio, Anders Behring Breivik, hizo un saludo fascista levantando el brazo con el puño cerrado.
Hablamos del asesino confeso de la matanza de Noruega en verano del año pasado, en la que murieron 77 personas en Oslo y en Utoya.
Breivik, que señaló que no reconoce al tribunal que le juzga por estar creado por partidos multiculturalistas, alegará que actuó “en legítima defensa”. “No reconozo a los tribunales noruegos, que han recibido su mandato de los partidos políticos que apoyan el multiculturalismo”, dijo a su llegada a los juzgados.
Según el abogado de Breivik, su argumento es que sus actos fueron “necesarios” para evitar que Noruega fuera absorbida por “un relevo islamista”.
El último informe psiquiátrico al que fue sometido este sujeto confirmó que estaba cuerdo cuando perpetró la matanza, tras lo que el tipose declaró muy satisfecho. Los médicos concluyeron que el asesino “no sufría una psicosis cuando llevó a cabo las acciones del 22 de julio de 2011”.
