Al parecer, este hombre, que trabajaba para un vecino de Castrelo do Val, hizo una quema, que no dejó bien apagada y que con el viento se reavivó. Aunque ha quedado claro que el incendio no fue intencionado, sí hubo una negligencia puesto que, como es bien conocido, la consellería de Medio Rural prohibió el 12 de marzo que se quemen rastrojos sin permiso, como ha sucedido en este caso.
Sin embargo, el vecino para el que trabajaba el detenido ha asegurado que no es posible que él fuese el autor del fuego, que afectó a más de 200 hectáreas y que, durante las labores de extinción, causó la muerte al brigadista Higinio Vivas. El mismo ha testificado que el hombre comió con su familia y por la mañana no estaba ni cerca del lugar donde se originaron las llamas, puesto que se había trasladado a otro sitio muy alejado del foco inicial.
Pese a ello, el hombre permanece en las dependencias de la Guardia Civil que ya ha abierto una investigación para esclarecer los hechos
