El comité de empresa de Povisa se ha mostrado en total desacuerdo con las medidas tomadas por la dirección del hospital y por haberlas “vendido” como reducciones voluntarias de jornada en algunos servicios. Los representantes de los trabajadores, pertenecientes a la Confederación Intersindical Galega (CIG), Sindicato Galego do Persoal Sanitario (SGPS), CCOO y UGT, aseguran que las mismas “fueron impuestas bajo coacciones y amenazas de despido”.
Según la representante de la CIG, esta medida afecta a cerca de 200 empleados que “han sido obligados a aceptar 35 horas de jornada semanal sí o sí“, ya que la empresa, ha subrayado, ha amenazado con que habría 26 despidos si no se firmaba esa “reducción voluntaria“. Además, ha asegurado María Jesús Neira, esta medida que será definitiva, afecta a los auxiliares clínicos y a celadores, y que ya ha habido reducciones en limpieza “algo que no sirvió para evitar que despidiesen a 27 compañeros”. La responsables del sindicato nacionalista ha adelantado que los siguientes en verse afectados serán los trabajadores de farmacia y enfermería y, en no mucho tiempo, todo el personal menos los médicos.
De la misma opinión es el representante de CCOO, para quien “la empresa está utilizando el miedo para obligar a los empleados a ceder”, según ha enfatizado, y todos esos recortes se están viendo ya en un empeoramiento del servicio. Por su parte, la delegada SGPS, ha exigido al Sergas que “obligue a Povisa a garantizar la estabilidad de la plantilla”, mientras que el portavoz de UGT, ha denunciado que la Xunta no está cumpliendo el acuerdo de 2006, firmado con Povisa, en el que se garantizaba la estabilidad del personal sino la calidad asistencial.
A estas “imposiciones” de reducción de jornada, se suman, según los el comité de personal, una congelación de las nóminas de un 12,5% por las horas que no van a trabajarse, más otro 5% de los incentivos que fueron retirado y los atrasos que aún se deben a parte del personal.
