El futuro de Novagalicia Banco en solitario se complica. Su presidente no ha sido capaz de captar los fondos privados para recapitalizar la entidad, lo que ha hecho que no haya cumplido el calendario pactado con el Fondo de Regulación Ordenada Bancaria (FROB). De acuerdo con el mismo, en diciembre debería haber atraído 150 millones y, únicamente, consiguió 70,4, de varios inversores gallegos, incluido él mismo y su consejero delegado, César González-Bueno. En el segundo plazo, que terminaría el 15 de marzo, deberían ser, al menos 500 millones más, pero tampoco se cumplirá. Por ello, el FROB ha optado por suprimir estos plazos, que tenían su siguiente paso en junio, y permitir que la venta de títulos del nuevo banco, que daría la entrada a inversores internacionales pueda hacerse ya en cualquier momento.
Esta decisión pone en tela de juicio que José María Castellano pueda lograr los 1.900 millones que Novagalicia necesita para evitar la compra o la fusión con otra entidad, toda vez que el plazo se acaba en septiembre y el FROB, propietario del 93% de la entidad, ya había permitido que se vendieran paquetes de acciones inferiores al 5% del total del dinero que necesita el nuevo banco para capitalizarse.
A ello se une otra dificultad, y en esta los plazos, como anunció el ministro De Guindos, no se alterarán, ya que están fijados por ley, ¿cómo va a arreglárselas Novagalicia Banco para cumplir con el saneamiento de los activos inmobiliarios que le obliga a buscar 2.340 millones de euros? El problema es más grave de lo que parece, ya que antes de que termine este mes hay que plantear una solución al Banco de España, y aquí la sombra de la fusión ya es más que alargada, puesto que si la entidad no puede cumplir con esta exigencia debe presentar un plan en este sentido antes de finales de mayo.
