Tiene 86 años, sufre demencia y estaba completamente retirada de la vida pública…hasta que Meryl Streep se ha metido en su piel en The Iron Lady (La Dama de Hierro), dirigida por Phyllida Lloy. La película ha despertado una confrontacióm dormida entre los partidarios de la primera mujer que llegó al 10 de Downing Street y sus detractores.
Estos han recordado que su mandato se caracterizó por problemas parecidos a los que hoy sufre el Reino Unido: un elevado desempleo, recortes de gastos, tensiones con Europa o el descontento sindical. Hasta el actual primer ministro David Cameron, ha asegurado que no era el momento para estrenar esta película que hace un completo repaso por el paso de Margaret Thatcher por el poder.
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“Cuando estaba haciendo la película me di cuenta de lo intensos que son los sentimientos de ambos lados: o quieren mantenerla como un ícono indeleble o que se la vea como un monstruo”, ha declarado Meryl Streep. La actriz asegura que no comparte muchas de las decisiones políticas de la ex primera ministra, pero sí que admira muchas de sus cualidades personales. “Thatcher fue una mujer que tuvo éxito en un mundo de hombres en el que eso era increíblemente inusual”.
Pero hasta esto es motivo de discusión dentro y fuera del Reino Unido, ya que ni ella simpatizaba con el movimiento feminista, “¿Me odian, no? No puedo culparlas, porque yo odio el feminismo, es un veneno”, dijo en alguna ocasión, ni el feminismo con ella puesto que la acusan de no servir de ejemplo ni abrir el camino a otras mujeres puesto que se rodeó de hombres durante toda su carrera.
