Cultura

Kim Jong Il era, en realidad Mar Yl In

Sería una crítica socarrona si la historia de quien la ha pintado no fuese tan dura. El autor es Song Byeok, un pintor norcoreano que escapó de las dictaduras de Kim Il Sung y de su hijo, recientemente fallecido, Kim Jong Il. Byeok, fue en su día fue uno de los artistas del régimen, “cada mañana me pedían un boceto sobre lo que el Gobierno quería ilustrar ese día como propaganda”, recuerda.

También cuenta como escapó de Corea del Norte cuando, a causa de la mala gestión de esta familia de represores y de los desastres naturales: la hambruna se cebó con más de un millón de compatriotas, incluida su familia.

En agosto de 2000, Song y su padre trataron de cruzar a nado el río Tumen, hasta China, con la esperanza de conseguir alimentos. Su padre fue arrastrado por la crecida del río y Song fue capturado y enviado a un campo de trabajo, uno de los que, de acuerdo con los datos de Amnistía Internacional, 200.000 ciudadanos son obligados a trabajar con poca comida y bajo amenaza de muerte.

Song, que aún tiene marcas de aquellos años, relata como durante el frío invierno de Corea “vestía ropas tan ligeras como cuando fue arrestado en verano. A consecuencia de las penurias, un dedo de la mano se le infectó, la infección se extendió y, cuando sus carceleros le vieron tan cerca de la muerte, le dejaron en libertad. Lo aprovechó. A la segunda iría la vencida: en 2002, dejando en el país a su madre y hermana, salió de Corea del Norte y llegó a Seúl. Tres años más tarde, murió su madre y en 2007 logró, “con ayuda de un influyente amigo chino”, sacar a su hermana y a su familia.

Song, de 42, años, reconoce que “si hubiéramos tenido suficiente para comer, no habría escapado”, también que retrató infinidad de veces al dictador muerto hace unos días con el lema ‘Querido líder’, “y lo hice con orgullo. Ahora se dedica a otra clase de arte, pese a que, finalmente, perdió uno de los dedos, siguió pintando, ahora su obra muestra a niñas norcoreanas con ojos hundidos y sonriendo, niños sin hogar, muy distintas a esta mofa del dictador al que ha caracterizado como la Marilyn de ‘‘La tentación vive arriba, con dos de los signos que más le gustaban a los ‘Kim’, una pluma y la paloma volando sobre sus cabezas, como si hubiesen sido elegidos, como algún otro de la misma estatura moral, por la gracia de algún dios.


 

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