Más de 50 millones de egipcios empiezan a darle este lunes forma a la era post Mubarak. Las elecciones para elegir a los 498 del nuevo Parlamento y a los 180 de la Asamblea, se han iniciado pasadas las 8 de la mañana tras semanas de enfrentamientos entre el Ejército y la oposición que se han saldado con más de 40 muertos y la vuelta a las calles de quienes exigen que los militares devuelvan el poder a la sociedad civil.
Sin embrago, el proceso democratizador no será breve. El parlamento que se elige hoy designará, a su vez, a los miembros de una asamblea constituyente que será la que finalmente redacte la nueva constitución egipcia. A ellos se añadirán 10 diputados nombrados a dedo por el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, y 90 nuevos senadores que se elegirán, conjuntamente, con el presidente de la república, a mediados del año que viene.
Ello significa que, de hecho, la cúpula militar dominará el gobierno egipcio, al menos, durante los próximos 8 meses y, pese a que los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía no pueden votar, por ley, en las elecciones, tendrán capacidad para pilotar la transición, algo a lo que se oponen los grupos opositores que exigen su retirada y que el camino a la democracia sea recorrido por un ejecutivo íntegramente formado por civiles.
