La Armada Española nunca había tenido un buque de semejantes características. No sólo es el más grande de su historia, o el más moderno, sus 27.000 toneladas de desplazamiento bruto, sus 231 metros de eslora o 32 de manga, están aprovechados al centímetro para varias labores, lo que el oficial al mando del mismo, el comandante Gónzalez Aller, calificó como “multipropósito”.
A ello se dedican los 261 hombres y mujeres que componen su dotación, y que están al servicio de su característica de buque anfibio “capaz de transportar a una fuerza de Infantería de Marina de hasta 890 efectivos , con una autonomía de hasta 50 días, para realizar un desembarco, apoyando las operaciones de tierra”.
Como plataforma eventual para la aviación embarcada, con capacidad para 20 aviones AV8B o 30 helicópteros Chinook, además de carros de combate Leopard, aeronaves y vehículos anfibios.
Y como centro de operaciones no bélicas, en especial ayuda humanitaria, evacuación de personal en zonas de crisis o lugares afectados por catástrofes. Para esto último, está dotado de un hospital de 500 metros cuadrados, dos quirófanos y contenedores de habitabilidad dispuestos para más de 1.000 personas.
El Juan Carlos I, atracado en el Muelle de Transatlánticos, podrá ser visitado durante tres días para quienes quieran conocer este barco que puede navegar sin tocar puerto durante 9.000 millas a una velocidad de crucero de hasta 21 nudos; que ha sido equipado con los últimos adelantos en armamento: Sistemas antimisiles de Defensa tipo ESSM o RAM; Radar Tridimensional Lanza-M, con 250 millas de alcance además de Radares Aries, gemelos, de vigilancia de superficie y control de helicópteros, o Radares PAR, de aproximación, para controlar las aeronaves que se aproximen a tomar cubierta, así como control del espacio aéreo.
Este buque, que supera en manga y eslora al Príncipe de Asturias, carece de timón y maniobra con propulsores eléctricos 2 POD de 11 MW cada uno, que mueven las 8 hélices de 4,5 y 3,5 metros de diámetro.
