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La eterna juventud llega en pastillas

Habitualmente se usan para evitar el rechazo de los órganos tras un trasplante, pero ahora científicos de la Universidad de Maryland, el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, del Hospital General de Massachusetts y de la Escuela Médica de Harvard le han encontrado una nueva utilidad al rapamycin, un potente inmunosupresor: evitar el envejecimiento.

Según publica la revista Science Translational Medicine, este fármaco revierte los daños causados en el ADN por el envejecimiento, lo que podría ser un tratamiento potencial para los niños que padecen el síndrome de Hutchinson-Gilford o progeria, una enfermedad que afecta a uno de cada 8 millones de personas que provoca que los pacientes envejezcan 8 veces más rápido de lo normal y no pasen de los 13 años. Aunque, según estos científicos, esta fórmula también se podría usar para evitar o retrasar el envejecimiento normal de las personas.

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