El Gobierno chino ha puesto en libertad vigilada al artista y disidente Ai Weiwei, y nunca mejor dicho lo de vigilada. El ministro de Asuntos Exteriores ha dejado claro que Weiwei, que ha estado encarcelado más de dos meses, sigue siendo objeto de una investigación cuyo fin es determinar si ha cometido determinados delitos.
Las autoridades han recalcado que Ai podría tardar hasta un año en “obtener una garantía pendiente de juicio“, lo que sería la libertad bajo fianza, ya que está siendo investigado para saber si es cierta su implicación en varios delitos económicos. Por ello “no puede salir del lugar donde vive, entrometerse en los testimonios de otras personas, inventarse pruebas o colaborar con otras personas para hacer confesiones falsas“.
