Ocurrió entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre. Los controladores aéreos de Galicia fueron los primeros en parar al asegurar que habían sobrepasado ya la bolsa de horas trabajadas previstas para ese año, una iniciativa que días después sería seguida en pleno puente de la Constitución en el resto de aeropuertos de España en lo que se consideró una huelga encubierta y por la que el Gobierno decretó el Estado de alarma.
El resultado ha sido el despido de un controlador aéreo del aeropuerto de Santiago y el traslado forzoso de otros dos a Granada y Almería. Aunque no serán los únicos sancionados. Aena, la empresa encargada del servicio, tiene abiertos 29 expedientes contra 17 controladores de Lavacolla, cuatro de ellos considerados graves; muientras, ya se han resuelto otros 22 casos, la mayoría con suspensiones de sueldo y empleo durante entre 5 días y 4 meses.
