Internacional

Tokio sufrirá un gran apagón a causa de la falta de energía

Las consecuencias de la falta de energía causadas por el desastre de la central nuclear de Fukishima-1, que ya han dejado a más de un millón y medio de hogares japoneses sin agua potable, pueden agravarse este jueves. Así lo ha anunciado el Gobierno de aquel país desde donde se ha advertido a la población que Tokio, podría sufrir un gran apagón esta noche. El encargado de anunciarlo ha sido el ministro de Comercio, Banri Kaieda, quien ha asegurado que la demanda eléctrica, que ha aumentado a causa del descenso de las temperaturas, excedía las capacidades de la compañía suministradora, la Tokyo Electric Power y que ello podría causar cortes del fluido eléctrico a lo largo de esta misma noche. Como medida de ahorro, el primer ministro ya ha pedido a las compañías ferroviarias que interrumpan sus servicios y ha hecho un llamamiento a los habitantes de la capital para que reduzcan todo lo posible el consumo.

Mientras tanto, las noticias que llegan de la planta no son nada halagüeñas: los niveles de radiactividad no han bajado pese a que helicópteros de las Fuerzas Armadas han vertido miles de litros de agua marina sobre el reactor número tres. Estos índices han alcanzado los 3.000 microsievert por hora, el triple de los 1.000 a los que puede estar expuesta una persona a lo largo de un año. Por ello, 10.000 personas de 26 pueblos y ciudadades,se han sometido ya a pruebas de medición de radiactividad en la prefectura de Fukushima, aunque, según la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) sólo seis han sido trasladadas a los centros de descontaminación, un proceso que ha sido, en todos los casos, parcial ya que se ha realizado en la cara y las manos, aunque han sido parciales, por lo que solo se han llevado a cabo en cara y manos.

Paralelamente, el Gobierno sigue con el proceso de evacuación y 28.000 personas han sido obligadas a abandonar sus hogares por su cercanía a la central. A ellos hay que añadir los que ya están en los refugios habilitados lejos de la zona de peligro y que, en varios casos ya han superado, hasta en un 30% su capacidad.


 

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