A.ALBALADEJO/ Se les acaba el suministro y con él la posibilidad de seguir en la lucha. Los rebeldes del este de Libia han empezado a padecer la escasez de crudo y tienen reservas sólo hasta el miércoles o jueves de la semana que viene. La situación es especialmente delicada en Benghazi, ‘capital’ de los opositores a Gadafi que, según fuentes de los insurrectos, sufre una “grave escasez” de combustible, hasta el punto de que sus responsables han iniciado ya contactos fuera del país para traérselo, posiblemente de Italia.
La situación se ha complicado tras el avance de las fuerzas del dictador, que ha recuperado varios enclaves en poder de los insurrectos y el cierre de los puertos de Brega y Ras Lanuf, a los que se unen las dificultades en Benghazi, Zawiya, prácticamente tomada por el régimen, Tobruk y, principalmente Tripoli, a donde los opositores no pueden acceder.
Mientras esto pasa, el presidente Obama ha asegurado que hay una alta posibilidad de intervención militar en Libia, “que está siendo estudiada por la OTAN” y ha adelantado que se endurecerán las sanciones contra el coronel y que enviará 15 millones de dólares a las ONGs que están asistiendo a los millares de civiles que están escapando de sus casas o que están siendo masacrados por el régimen.
