Clesa sólo fue el punto de partida. Ahora Nueva Rumasa, dirigida por José María Ruiz Mateos, ha suspendido pagos en diez de sus mayores empresas tras la presión de los acreedores, que van desde la Seguridad Social hasta los ganaderos o entidades financieras. Esto implica ley concursal para empresas como la gallega, con factoría en Caldas de Reis, Dhul, Elgorriaga, Garvey, Hotasa, Hibramer, Trapa, Carcesa, Quesería Menorquina o el mismísimo Rayo Vallecano. La intención, negociar durante tres meses con sus acreedores para evitar declararse insolvente y tener que derivar a sus trabajadores al Fondo de Garantía Salarial, después presentar el concurso de forma oficial y volver a negociar durante otros 60 días.
La campaña de recogida de fondos de la compañía desarrollada en los últimos meses ha conseguido recaudar hasta 140 millones de euros de 5.000 inversores distintos, insuficientes, por lo que ahora es el turno de las reestructuraciones para intentar garantizar la viabilidad de la empresa. Ruiz Mateos culpa a una campaña orquestada de los medios de comunicación que ha agravado la situación de las empresas.
