Tiene miedo a que el efecto dominó llegue a allí y que la revuelta popular estalle. Así que el rey de Bahréin, Hamad bin Isa al Jalifa, está intentando frenar el descontento social dando unos 2.000 euros a cada familia que se quede en casa y no acuda a las manifestaciones previstas para la próxima semana por todo el país.
Por el momento no se han registrado manifestaciones en el país, en parte porque el Gobierno ha comenzado a aplicar una serie de medidas a favor del pueblo, como más inversión en servicios sociales o la liberación de algunas minorías arrestadas en ofensivas contra grupos musulmanes chiíes. Aunque las posibilidades de una revuelta en el país son mínimas, los gobernantes quieren asegurar la paz de la nación más vulnerable del Golfo de Arabia.
Yemen, contagiado
Mientras, cientos de manifestantes se han dirigido hacia el palacio presidencial de Yemen con gritos de ‘Primero Mubarak, ahora Ali’ pidiendo un cambio de régimen en el país. A poco más de dos kilómetros del palacio, las fuerzas de seguridad han puesto una barricada de alambre con púas para bloquear el paso a los manifestantes.