Los chicos de Cupertino, encabezados por su emblemático líder Steve , nos presentan su nuevo juguete al que en un alarde de originalidad han decidido llamar Ipad.

El original tablet-pc que no es un mac, llamará a nuestras puertas a partir del 28 de mayo, con la posibilidad de reserva, a un precio de 479 euros en su versión más ligera y 779 euros en la versión que Jobs nos recomienda.

El caprichito viene con una pantalla de 9,7 pulgadas con tecnología IPS (de lo mejorcito del mercado), no llega al centímetro y medio de grosor  y pesa menos de 700 gramos, toda una cucada en las manos de cualquier geek que se precie.

En su apartado positivo destaca que es de Apple (algo más que suficiente para sus huestes de acólitos), su fluidez en pantalla, su batería de 10 horas según los de la manzana, acelerómetro, cuerpo de aluminio y todo lo que os he contado hasta ahora.

Como detalles negativos destaca la ausencia de cámara, no tan necesaria en mi opinión; sin puertos USB, Firewire o HDMI que vendrían que ni pintados; su excesivo carácter propietario en lo que a software se refiere; la monotarea que han prometido solucionar, además de la batalla abierta con Adobe por la incompatibilidad con Flash que impide la visualización de vídeos en sitios web estilo Youtube.

Todavía falta por saber qué política aplicará Apple en sus Ipad con respecto a las limitaciones de copyrigth que imponen los DRM, aunque realmente dudo que permitan que agentes externos limiten la versatilidad de sus Ipads.

Como no puede ser de otra manera y siempre hay personas a las que le gusta la exclusividad más que a un tonto un lápiz hay una versión de Ipad con ligeros toques horteras hecha en oro (del caro) y diamantes por sólo sólo sólo 150.000 euros, aunque, eso sí, sólo bajo pedido.

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