Sólo el Reino Unido gana a España en el consumo de alimentos congelados, ya que sus 67,1 kilos por hogar al año dejan en ridículo los casi 44 kilos que se cocinan en las casas españolas. Y, dentro de nuestras fronteras, los gallegos son a los que menos les gustan los productos congelados: los 42,8 kilos anuales por hogar sólo son capaces de rebajarlos Castilla y León (40,1 kilos) y el País Vasco (32,1 kilos). Aunque seguimos muy por encima de países como Francia o Portugal donde apenas se llega a los 37 y 26 kilos por hogar y año, respectivamente.
Las mesas catalanas, andaluzas y valencianas son en las que más se nota la presencia de productos congelados, con entre 45 y 47,7 kilos por hogar al año según un estudio de Aecoc.