Los agentes localizaron los atracadores desde el primer momento, ya que, primero, minutos antes del mediodía, pasaron varias veces en coche por delante del banco, luego, a pie y, por último, antes de entrar a intentar dar el palo, en la misma puerta, se colocaron las gorras y la peluca para ocultar su identidad. Los agentes entraron justo detrás de ellos en la oficina y, cuando intentaron blandir las armas, fueron detenidos sin que se produjesen heridos ni entre los empleados ni entre los clientes de la entidad.
Minutos después, tras comprobar que contaban con antecedentes, no se sabe si en el mundo del crimen o del espectáculo, pasaban a disposición del Juzgado de Instrucción Número 2 de Tui.