El archivo fotográfico del vigués Ángel Llanos se podrá ver en el Museo Etnográfico…de Ribadavia. El Concello no pudo llegar a un acuerdo con él, pese a que, según aseguró ayer el teniente de alcalde, se le ofreció por el mismo 150.000 €, una cantidad que el conselleiro de Cultura indicó que es muy superior a la que se pagó por el Archivo Pacheco. La Xunta inició las conversaciones con el artista, curiosamente cuando Ánxela Bugallo, miembro del BNG, como Santiago Domínguez y Xesús López, era conselleira de Cultura, y ha cerrado el trato en 180.000 €.
En el mismo, según decisión de la anterior conselleira, se detalla que las fotografías, decenas de miles, hechas, además de por el propio don Ángel, como por su por el padre y su abuelo, se expondrían en el concello orensano. Las series de las mismas, la amplia mayoría con temática viguesa, empiezan a hacerse en el siglo XIX y constituyen un documento único de la historia de Vigo.
La labor de este excepcional fotógrafo, que ha cumplido ya 94 años, ha sido reconocida por la ciudad con el nombramiento de Vigués Distinguido y una calle con su nombre, reconocimiento al que don Ángel habría querido corresponder dejando la obra de su familia en Vigo. Pero no ha podido ser. El mismo gobierno municipal que este año ha dispuesto de unos gastos de publicidad que multiplican por diez la cantidad pagada por la Xunta, no ha encontrado el dinero para pagar el documento gráfico más importante de la historia viguesa del último siglo y medio.
No es ciudad para artistas
Esta no es una situación nueva. El Legado Laxeiro, por el que el pintor sólo pidió a cambio un lugar de exposición permanente, estuvo a punto de irse a Lalín cuando los fondos acabaron en los sótanos de la actual Casa das Artes. Es ahí donde durmieron durante años miles de fotografías de Pacheco, el mismo caso que el ancla de un galeón encontrada cerca de Cíes y que sigue oculta en los almacenes del Museo do Mar por, según sus responsables “falta de espacio” para exponerla.
Otros artistas han optado por dejar su trabajo a otras asociaciones o entidades, tal es el caso de la obra de Magar, que el fotógrafo ha donado a una fundación que lleva su nombre y que se dedica al estudio de la curación de la acondroplasia. El propio Magar, que retrató la realidad de Vigo durante 40 años en las páginas del Faro, las ha seleccionado y publicado en los tres tomos.
