Destrozo de establecimientos por parte de los colonos y registros por sorpresa de la policía marroquí que ha acabado con televisiones, alfombras y hasta animales quemados. A pesar del toque de queda impuesto por Marruecos para intentar reconducir la situación, la noche ha sido muy tensa en el Sahara Occidental tras la batalla campal por el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, a 18 kilómetros de El Aaiún, donde cerca de 20.000 personas en más de 4.500 jaimas pedían derechos para los saharauis.
El balance oficial inicial habla de seis víctimas, cinco de ellas policías y uno de ellos un funcionario. Sin embargo, el Frente Polisario habla de más de 10 muertos, 700 heridos y 150 desaparecidos en ese bando y el procurador general del Rey ha abierto una investigación por la muerte de un saharaui, lo que podría suponer el reconocimiento por parte de Marruecos de la primera víctima civil de los enfrentamientos.
