A las 02:21 horas del sábado, una llamada al 092 infomaba de una mujer retenida en un local, en la rúa Martín Códax, después de que entrase a robar en un almacén.
Uno de los agentes de la patrulla que se desplazó al lugar, se entrevistó con el afectado, en tanto el otro se quedó con la presunta ladrona, R. M. P, de 49 años de edad.
El primero manifestó que la habían sorprendido entrando en la zona de reservados de un local de ocio, donde los trabajadores tenían sus objetos personales, para acto seguido dirigirse al baño en el que se encerró, saliendo a los pocos minutos y ausentándose del lugar. En el baño encontraron la mochila de uno de los empleados revuelta, y una riñonera a cuyo propietario le había sustraído una tarjeta de crédito.
Los policías salieron en su búsqueda, pero debido a la aglomeración de personas en la calle, no pudieron localizarla, sin embargo, a los pocos segundos al dueño de la tarjeta le saltó un aviso, en la aplicación bancaria de su móvil, informando del uso de la misma en un local próximo, al que se dirigió uno de los agentes, localizando a la mujer y reteniéndola.
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Paralelamente, el otro agente realizaba el cotejo de datos en los registros policiales, averiguando que tenía en vigor una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión, emitida por el Juzgado de lo Penal n.º 2 de Santander.
Por todo ello, se la arrestó por la supuesta Comisión de un Delito de Estafa – tras haber utilizado una tarjeta de la que no era titular- y en cumplimiento del mandato judicial de captura.