La Comisión Antiviolencia acordó proponer una sanción de 350.000€ el Celta y la clausura del Estadio Municipal de Balaídos por un período de tres meses, tras varios incidentes en el penúltimo partido de Liga, ante el Rayo Vallecano.
Antiviolencia considera que debe sancionarse al club por “no establecer las necesarias medidas de control de acceso y permanencia de espectadores e impedir que se ocupasen las vías de evacuación de la grada de Marcador Bajo, que estiveron colapsadas por aficionados durante todo el encuentro”.
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Asimismo, señala la Comisión, el Celta permitió que “un empleado del club facilitase el acceso a numerosos aficinados desde la grada de Río Bajo a la de Marcador Bajo. Por último, además de ello, “se autorizó la entrada al estadio de un grupo de 36 personas, desde un portal de acceso de vehículos al interior, todo sin ningún control ni observación de las condiciones de acceso -sin entrada u otro título valido y sin acceder por los tornos-“.