Ya son cinco los miembros del conocido como clan de los Morones que permanecen en prisión provisional por presuntos delitos de extorsión a vendedores ambulantes, organización criminal, coacciones, amenazas, delito contra la seguridad social y blanqueo de capitales, entre otros. El último en sumarse ha sido el hermano de Sinaí Giméz, Marino, que después de declarar durante varias horas en los juzgados de Cangas ha vuelto en el furgón policial de vuelta a la cárcel de A Lama.
Detenido ayer junto a su pareja tras el registro de su vivienda en A Pedra, en Tomiño, el juez ha decretado para el prisión sin fianza, mientras que a su pareja la ha dejado en libertad con la obligación de personarse dos días al mes en los juzgados, como el resto de los detenidos dentro de la ‘Operación Vida‘.
