A la banda de ladrones se le imputan 133 robos en domicilios gallegos y de otras comunidades, como Cantabria y Castilla-León. Los 5 detenidos se hacían con joyas que comercializaban o destinaban al extranjero. En octubre, realizaron la estrategia desde Japón enviando las pertenecías sustraídas a España.
Las investigaciones comenzaron a principios de año, con un robo en Santander. Un agente fuera de servicio presenció la huida de los ladrones, anotando la matrícula del vehículo implicado. Tras la identificación de los sospechosos se comprobó que los robos procedían de varios puntos de Galicia, Santander, León, Ponferrada, Burgos, Logroño y Pamplona. En total, detuvieron 5 personas, 3 de origen colombiano y 2 españoles.
El método de operar se realizaba por parejas, se registraban en hospedajes con datos personales ficticios. En el lugar seleccionado, fracturaban el bombín de la puerta y procedían al robo. El material sustraído podía ser vendido en establecimientos de compro oro, o enviado a Colombia a través de paquetes postales.
