Por ello, la agencia de calificación Fitch ha rebajado este lunes el rating de viabilidad desde ‘bb-‘ a ‘c’. Y es que cree que la continuidad de la entidad sin ayudas es «muy improbable dada su pobre rentabilidad», la presión sobre la calidad de sus activos y su «débil capitalización».
A juicio de la agencia, ello se refleja en el plan de provisiones y capital, presentado por la dirección del banco en marzo, y aprobado por el Banco de España, que prevé «la creación de un sustancial esquema de protección de activos (EPA)». Asimismo, Fitch recalca que la entidad registró pérdidas por deterioro de los valores y cargó contra capital 1.600 millones de euros, lo que ha llevado su ‘core capital’ a caer al 8,1% a finales de 2011, por debajo del mínimo requerido en su caso, que es del 10%.
Eso sí, la deuda a largo plazo, mantiene la calificación de ‘BB+‘, ello indica «la posibilidad moderada de que ayuda soberana esté disponible para el banco en el largo plazo”.
Por otra parte, si la entidad recibiese algún apoyo estatal llevaría, inicialmente, a una degradación del rating de viabilidad hasta el ‘f’, dado que ello supondría la «quiebra», según las definiciones de Fitch.
