El Bloque Nacionalista Galego (BNG) de Vigo ha denunciado la tala de un ejemplar centenario de pino piñonero (Pinus pinea) en Navia, en el marco de las obras del Plan Parcial. El árbol, de gran porte y más de 15 metros de altura, estaba situado en la confluencia de las rúas Ufas y Pedra Seixa y, según la formación nacionalista, era uno de los ejemplares más valiosos de la zona.
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Xabier P. Igrexas, portavoz municipal del Bloque, calificó la actuación como una nueva tala abusiva y advirtió de que se suma a otros episodios recientes de eliminación de arbolado en el ámbito del desarrollo urbanístico de Navia. Según explicó, la corta se produjo alrededor de las siete de la mañana, un hecho que, a juicio del BNG, revela “unha clara intención de impedir que a resposta veciñal puidese frear este novo arboricidio”.
Desde la formación recuerdan que hace menos de dos meses se talaron en la misma zona cinco robles, además de varios sauces y cedros, lo que consideran una repetición de actuaciones que evidencian “un desprezo absoluto polo patrimonio natural do barrio”. En este contexto, el BNG sostiene que la Xunta de Galicia vuelve a incumplir su compromiso de respetar el arbolado singular y de compatibilizar las obras con su conservación.
Pide explicaciones
Por este motivo, el grupo municipal anunció que exigirá explicaciones a la delegada territorial de la Xunta en Vigo, Ana Ortiz. “Lonxe de garantir a protección das árbores singulares, a Xunta está a provocar a súa eliminación sistemática”, denunció Igrexas.
El portavoz nacionalista fue más allá y aseguró que estas actuaciones demuestran que la Xunta del PP se suma a la “guerra contra o arboredo urbano” que, según afirmó, mantiene el alcalde de Vigo, Abel Caballero, al que se refirió como “alcalde leñador”, en alusión a recientes talas en el monte de O Castro.
“No BNG temos claro que non podemos permitir que as administracións públicas actúen como un kamikaze ambiental, aplicando políticas de tallas absolutamente inxustificadas que, no actual contexto de emerxencia climática, constitúen un auténtico suicidio ecolóxico”, afirmó Igrexas, quien reclamó un cambio de modelo urbano que apueste por una ciudad “máis verde, máis sustentábel e máis respectuosa co seu patrimonio natural”.
