Decenas de miles de personas se manifestaron este domingo en Santiago de Compostela contra el proyecto de macrocelulosa que la empresa Altri/Greenfiber pretende instalar en Palas de Rei, en la comarca de A Ulloa. La movilización, que recorrió el trayecto entre la alameda compostelana y la Praza do Obradoiro, volvió a evidenciar un rechazo social masivo a una iniciativa industrial que sigue pendiente de autorizaciones clave.
“Desde A Ulloa hasta o mar, polas que somos e as que virán”
Convocada por numerosas plataformas ciudadanas y organizaciones ecologistas, la protesta se desarrolló bajo el lema “Desde A Ulloa hasta o mar, polas que somos e as que virán”, en referencia al impacto que el proyecto tendría sobre la cuenca del río Ulla. Además del rechazo a la macrocelulosa, los manifestantes reclamaron a la Xunta de Galicia que no autorice la reapertura de la mina de Touro-O Pino, por su afección ambiental al mismo sistema fluvial.
Greenpeace, una de las organizaciones más activas en la oposición al proyecto, advirtió de que la Xunta cometería “un enorme error” si autoriza una planta que considera inviable desde el punto de vista financiero, técnico, social y ambiental. La ONG recordó que durante 2025 Altri no ha logrado acceder a fondos estatales vinculados a los PERTE, ha quedado fuera de la planificación eléctrica 2025-2030 y no ha obtenido financiación europea para innovación, en un contexto de fuertes pérdidas en el sector de la celulosa.
Renuncien al proyecto
El coordinador de Greenpeace en Galicia, Manoel Santos, reclamó públicamente que la empresa renuncie al proyecto. Según afirmó, la movilización demuestra que la oposición social no solo se mantiene, sino que sigue creciendo un año después de la histórica manifestación del 15 de diciembre de 2024, que llegó a colapsar hasta tres veces la plaza del Obradoiro.
Sin autorización para la captación de 46 millones de litros de agua diarios ni para el Proyecto Industrial
A día de hoy, Altri continúa a la espera de la Autorización Ambiental Integrada, del permiso de captación de agua —hasta 46 millones de litros diarios— y de la autorización definitiva del Proyecto Industrial Estratégico, declarado como tal por la Xunta en 2022. Para los colectivos opositores, la falta de apoyos financieros y energéticos, unida a una contestación social sin precedentes, ha ralentizado de forma decisiva el avance de la iniciativa.

