Siguen las protestas de los trabajadores de la empresa de telecomunicaciones DIGI, que suman tres días de paros, desde la firma, a nivel estatal, del convenio ratificado por UGT y CC.OO. con la dirección de la empresa, pero que rechazan otras centrales sindicales, entre ellas la CGT, que convocó una nueva protesta, este jueves, delante de la sede de la compañía, en O Calvario.
La plantilla -que en Vigo votó en contra del convenio, pese a que CCOO es el sindicato mayoritario- denuncia que este acuerdo impone un “grave retroceso” a sus condiciones laborales, dado que rebaja considerablemente las condiciones del Convenio del Metal, que se aplica a la mayoría de los trabajadores en Galicia.
Aplicación del convenio del Metal
En concreto, aseguran los representantes sindicales, establece la unificación de las condiciones laborales para todos los trabajadores de la empresa en España- unos 8.000- incluyendo a los de Galicia, lo que supone, entre otras medidas, un calendario laboral único con 23 días laborables de vacaciones, la reducción de compensaciones por desplazamiento- que en el caso de Vigo la plantilla había ganado ante la justicia-, la congelación de salarios, recorte de días y derechos de conciliación familiar, pérdida de pluses y lo que las centrales y la plantilla consideran peor: el cumplimiento de un requisito de producción, referido a cableado instalado al día, que si no se cumple lleva aparejadas sanciones como suspensión de empleo y sueldo e, incluso, el despido.
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Contra todo ello protestaron en Vigo. “Es un acuerdo de convenio altamente perjudicial que incluye cláusulas ilegales, como la de trabajar gratis durante unas 255 horas al año, durante seis semanas y media”.
Por ello, advierten que seguirán acudiendo, que el conflicto se agravará y que la convocatoria de huelga está a punto de llegar también a la planta de Vigo. “Somos trabajadores del metal y no pararemos hasta que el acuerdo se anule o se reformule con las máximas condiciones que mejoren los convenios originales”, insisten.
