La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha concedido la libertad provisional a Francisco Rafael A.M., condenado a 14 años de cárcel por matar, el 11 de octubre de 2011, a su ex mujer, Cristina González Sacau, en su casa de Coruxo.
Un jurado popular le consideró culpable de un delito de homicidio y que cometió el crimen usando una “violencia evidente” sobre su víctima, que tenía la “fuerza muy mermada” cuando le asestó la cuchillada mortal.
Además, estimó que las pruebas aportadas por los forenses indicaban que aprovechó su superioridad sobre la víctima, dado su peso y altura y que durante su declaración “incurrió en contradicción” en lo que se refiere a la línea de visión de ambas puertas de la casa, lo cual está relacionado con la posibilidad de que Cristina hubiese advertido su presencia dentro de la casa antes de entrar en ella la mañana.
Otras noticias
- Caballero reclama 6,5 millones a la Diputación para 2026 y Sánchez le responde que ya hay obras por más de 20
- Alertan de la tala de cinco carballos de gran porte, en el Plan Parcial de Navia
- Pimientos rellenos
- Tres marineros rescatados tras naufragar su barco en Cedeira
- Sindicatos convocan mobilizacións este xoves, para esixir subas salariais aos funcionarios
- Roteiro para coñecer a arquitectura do Vigo vello da man do escritor Pedro Feijoo
Así cometió el crimen
El jurado consideró probado que Francisco Rafael A.M. llegó a las 9 y media de la mañana a casa de su ex mujer, esperó a que ésta volviese de dejar a sus hijos en el colegio y tras iniciar una discusión le clavó, hasta cuatro veces, un cuchillo de cocina de 19 centímetros de hoja con la intención de matarla.
Para exculparse del crimen, simuló un robo, se cambió de ropa, metió ésta, el dinero que había cogido, el móvil y el portátil de su mujer en una bolsa y, dirigiéndose a su coche, que había dejado aparcado donde no se veía, se dirigió a un camino forestal de Cans, en Porriño, donde quemó el dinero y la ropa manchada de sangre y enterró el móvil- tras quitarle la tarjeta- y el ordenador portátil de la víctima. Varias horas más tarde se entregó en la Comisaría de la Policía Nacional en López Mora donde reconoció que había matado a Cristina.







