Los ministros de Sanidad de la Unión Europea adoptaron este martes una recomendación para ampliar la prohibición de fumar a espacios abiertos, como terrazas de bares y restaurantes, parques infantiles, paradas de bus y piscinas. Piden incluír también en esta restricción productos emergentes como el cigarro electrónico, sin importar que contengan o no nicotina.
El texto se aprobó en Bruselas, con las únicas abstenciones de Alemania y Grecia. Incluye una declaración anexa por parte de Italia y Rumanía crítica con el proceso para tramitar esta recomendación y que cuestiona la base científica para sostener que la exposición al vapeo justifica ampliar a estos productos las mismas restricciones que al tabaco tradicional.
Según recordó la Presidencia de turno de la UE, ocupada este semestre por Hungría, no se trata de una nueva legislación, sino de una recomendación que los estados miembros podrán poner en práctica o no.
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Generación libre de humos en 2040
Efectivamente, esta recomendación revisa otra de 2009 para adaptarla a la realidad actual en la que el mercado oferce productos de tabaco y aerosoles. Su misión es lograr una generación libre de humos en el horizonte de 2040: es decir, que ese año menos del 5% de la población europea sea fumadora.
Esta actualización parte de una iniciativa de la Comisión Europea en la que se consideran varios informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de acuerdo con los cuales la exposición a emisiones ajenas procedentes de productos de tabaco está relacionada con “anomalías respiratorias y cardiovasculares significativas padecidas por los fumadores pasivos”. A OMS también añade que el vapor de los cigarros electrónicos “expone a las personas del entorno a niveles cuantificables de partículas en suspensión y de sustancias tóxicas y contaminantes”.
Fumar y vapear
Así, en el debate previo, Mónica García, ministra de Sanidad, declaró su preocupación por que los jóvenes reciban un “mensaje equivocado sobre el riesgo que entrañan estos productos para su salud“. García subrayó la necesidad de proteger a los más vulnerables, “que sufren de forma pasiva y sin alternativa de elección a las consecuencias de esta exposición”.