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Otro estudio reafirma la mala calidad del aire que respiramos en Vigo y el grave riesgo para la salud

También que soportamos ruidos por encima del máximo recomendado

Otro estudio reafirma la mala calidad del aire que respiramos en Vigo y el grave riesgo para la salud

También que soportamos ruidos por encima del máximo recomendado

El aire de Vigo está muy contaminado y ello afecta a nuestra salud. La información relativa a Vigo, reflejada en los informes anuales de Ecoloxistas en Acción sobre la calidad del aire en el Estado español, está basada en los datos obtenidos en las estaciones de medición de la calidad del aire de la Xunta -en Coia y Lope de Vega- y en las dos de Stellantis, que reflejan también esta realidad.

Los mismos se incorporan a un estudio realizado por Ecoloxistas en Acción y Greenpeace, presentado este miércoles y que puedes consultar pinchando aquí, en el que también se analiza el volumen de ruido de la ciudad que, según sus conclusiones, supera el máximo recomendado.

Exceso de dióxido de carbono (CO2)

La cantidad de dióxido de carbono presente en la atmósfera se incrementó de 280 ppm (partes por millón) al año 1800 hasta las 410 ppm de la actualidad.

En las calles de Vigo, la concentración de CO2 supera en la mayoría de las mediciones los 630 pm, un 53% superior al valor medio en la atmósfera. “Este dato evidencia que la aportación de gases efecto invernadero que hace la ciudad de Vigo es significativa”.

Indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Según la OMS y otras organizaciones, no hay pruebas de que exista un límite por debajo del cual la contaminación por partículas no provoque efectos adversos para la salud, especialmente entre los segmentos más sensibles de la población. Por consiguiente, los límites que establecen as directrices da OMS persiguen lograr las concentraciones más bajas posibles de materia particulada.

Este estudio usa como referencia los valores de la OMS para, en la comparativa, conocer el grado de contaminación en las calles de Vigo. Como indican las organizaciones ecologistas en su estudio, por debajo de estos valores de referencia “sigue habiendo riesgo para la salud de la población”.

Valores que duplican y triplican los máximos

La concentración de partículas en el aire varía con las condiciones atmosféricas. Aunque la concentración es más baja los días de lluvia, la mayoría de las mediciones superaban los valores de la OMS.

Las muestras obtenidas en días cálidos y secos duplicaban o triplicaban los máximos da OMS y en las zonas menos expuestas el viento llegaron a quintuplicar esos valores, en repetidas ocasiones -como el caso de la Praza da Industria-

Esas partículas PM2,5 están asociadas con numerosos efectos negativos sobre las salud, como el aumento de las enfermedades respiratorias y la disminución del funcionamiento pulmonar.  Existe estrecha correlación cuantitativa entre la exposición a altas concentraciones de materia particulada (PM10 y PM2.5) y el aumento de la mortalidad o morbilidad diaria a largo plazo.

Ruido

Para realizar el estudio, lo datos se recogieron en 11 nudos de comunicación significativos de la ciudad, por la afluencia de peatones o la cercanía a colegios.

En cada nudo se realizaron mediciones durante una serie consecutiva de días para poder establecer una media, además del valor máximo obtenido. Tanto este como la media se contrastaron con los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

“Alta contaminación acústica”

Este informe elaborado por Ecoloxistas en Acción indica que en todas las ubicaciones en las que se realizaron mediciones del ruido generado por el tráfico, los datos reflejaron una “alta contaminación acústica”.

El valor medio en casi todos esos nudos ronda los 80 decibelios con picos superiores a los 90 decibelios. Estos valores exceden ambos el máximo de 53 db diurno y 45 db nocturno recomendado por la OMS. Esos máximos recomendados no se superan por poco, sino que lo hacen en un 50%, en lo que se refiere al ruido durante el día y en un 69% al ruido durante la noche.

Riesgo de muerte prematura

Las viguesas y vigueses estamos acostumbrados a un elevado ruido ambiente, pero no es necesario que cause daños directos en el oído: la Comisión Europea cifra en 10.000 las muertes prematuras al año causadas por el ruido y señala que los efectos pales son trastornos no auditivos, como estrés, ansiedad y depresión; insomnio por imposibilidad de conciliar el sueño; disminución del rendimiento y el aprendizaje; incremento del riesgo cardiovascular y de la mortalidad por causas respiratorias, cardiocirculatorias y diabetes en ciertos grupos de edad (mayores de 65 anos). 

Hay que tomar medidas inmediatas

Según Ecoloxistas en Acción y Greenpeace os resultados del estudio corroboran la necesidad de adoptar medidas inmediatas de pacificación y reducción del rodado en Vigo.

Entre ellas: fomento de la movilidad activa; mejora del transporte público o la peatonalización de calles, pero esta grave situación sólo puede arreglarse con la aplicación de medidas de mayor calado, como la declaración de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en aquellos lugares donde el aire se hace más irrespirable y hay más afluencia de viandantes. 

En este sentido, recuerdan que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) de la que Abel Caballero es presidente, editó una guía para las zonas de bajas emisiones y, curiosamente, en Vigo ni se han señalado, ni se sabe cuando van a ponerse en marcha.

Desinterés del Gobierno municipal

“No puede continuar el desinterés del Gobierno local con un problema tan grave que afecta  a la salud de sus conciudadanos e al cambio climático. Instamos al Concello a que mediante la designación de amplias zonas de bajas emisiones, reoriente el modelo vigente de modalidad en Vigo, en el que predomina el automóvil que utiliza combustibles fósiles, hacia otra configuración modal en la que predominen la activa y el transporte público”, declara Cristóbal López, portavoz de Ecoloxistas en Acción Vigo.

Ecoloxistas en Acción y Greenpeace instan al Gobieno municipal de Vigo a acabar con dos décadas de inacción en las que, a pesar de firmar todos los acuerdos climáticos, “no se aplicó ni una sola de las medidas comprometidas”.

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