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#GrandolaVilaMorena Portugal celebra la Revolución de los Claveles

Portugal celebra este 25 de abril la Revolución de los Claveles –Revolução dos Cravos- que en 1974 acabo con casi 50 años de dictadura fascista de António de Oliveira Salazar y Marcello Caetano.

‘Grândola, Vila Morena’

La revolución empezó a las 22:55 horas del 24 de abril, con la conocida canción ‘E depois do Adeus’, de Paulo de Carvalho, que representó a Portugal en el Festival de Eurovisión días antes, transmitida por el periodista João Paulo Diniz de la Rádio Emissores Associados de Lisboa, que era el primer aviso para que las tropas se prepararan en sus puestos y sincronizaran relojes.

A las 00:25 horas del 25 de abril, la Rádio Renascença transmitió ‘Grândola, Vila Morena’, una canción revolucionaria de José Afonso, prohibida por el régimen. Era la segunda señal pactada por el MFA para ocupar los puntos estratégicos del país, mediante una serie de coordinaciones fijadas por un puesto de mando establecido por el mayor Otelo Saraiva de Carvalho en el cuartel de la Pontinha en Lisboa.

Cae el Gobierno

En las horas siguientes, la dictadura se derrumbó. A partir de las 01:00 horas del 25 de abril, las guarniciones de las principales ciudades (Oporto, Santarém, Faro, Braga, Viana do Castelo) decidieron seguir las órdenes del MFA, ocuparon aeropuertos y las instalaciones del gobierno civil. Fuera de Lisboa la situación discurrió con calma total , y a lo largo de la madrugada las autoridades del Estado perdieron el control del país sin resistencia.

Miles de portugueses salen a la calle

Pese a que desde las 03:00 horas se emitieron continuos llamamientos radiofónicos de los “capitanes de abril” (los oficiales jefes del MFA) a la población, para que permaneciera en sus hogares, y a la policía, para no oponerse a las actividades de las tropas,​ al amanecer de ese mismo día miles de civiles portugueses ganaron las calles en varias localidades, mezclándose con los militares sublevados.

En el transcurso de la madrugada, los militares rebeldes salieron de sus cuarteles y ocuparon los aeropuertos internacionales de Lisboa y Oporto, ordenando el cese de los vuelos en todo el espacio aéreo portugués. Unidades de la marina de guerra se adhirieron a la revuelta y tomaron el control de los puertos del Atlántico, de Madeira y de las Azores.

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