Ciencia y Tecnología Galicia

Los hospitales públicos de Vigo lideran el ataque del ictus mediante trombectomía

  • Desde que esta técnica se implementó en julio de 2016, hasta finales de 2018 se realizaron 209 intervenciones   

El empleo de la trombectomía mecánica para abordar casos de íctus se consolida en el  Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI), según los datos del balance de actividad de la Sección de  Neurorradiología do Hospital Álvaro Cunqueiro, encargada de la aplicación de esta técnica de rescate en determinados casos de ictus.

La trombectomía es una técnica que consiste en un tratamiento endovascular para extraer el trombo do cerebro del paciente que sufre un ictus. Cuando al enfermo se le diagnostica un  accidente cerebrovascular el tratamiento habitual se basa en la administración de fármacos trombolíticos que tratan de disolver el coágulo, lo que se conoce como fibrinolisis.

Si el paciente no puede someterse a este tratamiento, o el mismo no diese resultado, se recurre a la trombectomía. El proceso consiste en llegar, mediante un  cateterismo, hasta el  coágulo y extraerlo con una especie de red o cápsula que succiona o trombo, siempre en el menor  tiempo posible.

Técnica segura y eficaz

La trombectomía mecánica se implementó en el Cunqueiro en julio de 2016. Cuenta con dos salas de radiología intervencionista dependiente del Servicio de Radiología, que dirige el doctor Xoán Vieito.

Desde julio de 2016 a finales de 2018 se realizaron 209 tratamientos endovasculares de este tipo en el Álvaro Cunqueiro. De ellos, 21 correspondieron al primer año, en 2017 se hicieron 68 y 128 a lo largo de 2018.

En los cinco primeros meses de 2019 ya hubo 65 intervenciones, lo que representa el doble que en el mismo período del año pasado.

Evolución de los pacientes

El doctor Vila subraya la importancia de los datos sobre el seguimiento de la evolución de los pacientes tratados mediante trombectomía. Un seguimiento sobre el que pueden extraerse las primeras conclusiones, transcurrido un período de 90 días desde que se realizó el  procedimiento.

“Los datos indican que un 41% de los pacientes que tratamos tiene  independencia en su vida cotidiana después de esos 90 días. Este porcentaje es mejor que el obtenido en ensayos clínicos de otros lugares y superior al que publican algunas comunidades autónomas”.

La supervivencia está en torno al 83% de los pacientes, tanto de los que pueden hacer una  vida casi normal como los que tienen determinadas secuelas.

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