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Retiran kilos de excrementos de palomas, acumulados durante años, en el balcón de un piso de Areal

La costumbre de algunos ciudadanos de alimentar a los animales que constituyen la fauna urbana “llegó al extremo de generar, no sólo molestias, sino un verdadero problema de salud pública” cuando se realiza durante mucho tiempo, como es el caso de una vecina de Areal.

La Policía Local informa de que esta persona, dando de comer a las palomas, hizo que  “el balcón de su vivienda acabase como punto de encuentro donde diariamente iban las palomas a avituallarse”.

Como consecuencia de ello, la fachada del edificio y la acera estaban llenas de excrementos, “lo que provoco la denuncia de estos hechos por parte de los vecinos”.

La situación, que según indican desde la Policía Local, “venía sufriéndose desde hace  varios años”, llevo al “intento de localizar a la moradora de la vivienda para comprobar el estado del balcón y las medidas a adoptar para acabar con esta situación, si bien o no estaba en su domicilio, o bien no abría la puerta con lo que se hacía imposible comprobar el alcance del problema y corregirlo”.

A finales del 2017 los agentes contactaron finalmente con la responsable de la situación, F. A. F, de 77 años de edad, que convive con su hijo A. M. A, de 46 años, indicando los policías a esta vecina a que “cesase de facilitar el uso de su domicilio como zona de suministro de alimento a las aves”. Como el aviso no fue atendido, hasta en otras 6 ocasiones más tuvieron que desplazarse Unidades de la Policía Local a esta vivienda.

Finalmente, “a consecuencia de los malos olores que la situación acabó generando, así como la ya preocupante acumulación de excrementos en la calle y en el propio balcón”, un grupo de coordinación compuesta por miembros de la Policía Local, con los departamentos de Bienestar Social y Medio ambiente, empezó a  finales 2018 un proceso que se cerró esta misma semana.

“Tras comprobar en esas fechas que las palomas campaban a sus anchas por la vivienda, así como la insalubre montaña de defecaciones que se había ido aglomerando en el balcón, se inició el trámite de medidas para solventar el problema”.

El pasado martes, día 21, con permiso de los vecinos de este piso, accedieron al mismo la concelleira y el técnico de Medio Ambiente del Concello, acompañados por una Patrulla de la UMIR (Unidad Medioambiental de Intervención en el Rural)de la Policía Local para iniciar los trabajos de limpieza de la vivienda.

Una vez cubiertas las formalidades exigidas por el protocolo una brigada de la empresa Agronerga comenzó a ejecutar la tarea que se prolongó durante 5 horas informando de la necesidad de que los muebles que se encontraban en la habitación-palomar, absolutamente deteriorados fuesen  retirados de la casa.

Finalmente, el balcón fue protegido con una red para evitar que las palomas volviesen y los moradores de la misma aseguraron que ya no daban de comer en él a las palomas, “sino en un parque cercano”.

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