Durante la inauguración de la ampliación de la AP-9, el presidente Rajoy ha afirmado que la seguridad en las carreteras es una “gran prioridad” para su Gobierno…sin embargo, los datos difundidos por la Dirección General de Tràfico (DGT) minutos más tarde no le han dejado en muy buen lugar.
La realidad es que 1.200 personas murieron en 1.067 accidentes en las carreteras españolas durante 2017. Son 39 muertos más y 28 accidentes más que en 2016, lo que supone un incremento en ambos casos del 3%, según el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, que ha presentado el balance de siniestralidad en las carreteras españolas. Y el dato es aún mucho peor considerando que este número solo engloba a los fallecidos en vías interurbanas.
La verdad es que es la peor cifra de víctimas mortales desde 2013, año en que se registraron 1.134 fallecidos, un 6% menos que en 2017. El director general ha encontrado enseguida una explicación: el “incremento importante” en el parque de vehículos y en los desplazamientos.
Aun así, la verdad es que 2017 fue el segundo año consecutivo en que se incrementa el número de víctimas mortales en las carreteras después de 14 años seguidos de descensos en la cantidad de fallecidos.
Entre las víctimas se ha incrementado el número de ciclistas, con 44 muertos frente a los 33 de 2016; motoristas, con 240 frente a los 214 de 2016, así como los registrados en furgonetas y turismos.
Sin embargo, han descendido, los peatones, con 91 frente a 120 en 2016. También han bajado los heridos hospitalizados, un total de 4.887, 336 menos que en 2016.