Dos presos italianos, que formaban parte de un grupo de 20 a los que el papa Francisco invitó a almorzar con él en Bolonia, aprovecharon la comida con el pontífice para darse a la fuga, según han hecho público distintos medios italianos.
El Papa suele reunirse con presos en sus viajes, dentro y fuera de Italia, y preocuparse por su situación y mostrando un interés especial en este colectivo. También ha rechazado con frecuencia -la última vez esta misma semana- la pena de muerte que asegura que es «una medida inhumana que humilla la dignidad personal».
