El accidente del tren Celta a Oporto-Vigo, a su paso por Porriño, se debió a un fallo humano. Esa es la hipótesis a la que apuntan todas las investigaciones que ha realizado hasta ahora-un año después del suceso- la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (Ciaf).
Las pruebas indican que en el siniestro-en el que murieron 4 personas y resultaron heridas otras 50-no se produjo ni un fallo del convoy, ni en las vías ni en la señalización…aunque no hay conclusiones definitivas aún y no se esperan, al menos, hasta el primer trimestre del año que viene.
Lo que se ha verificado hasta el momento es que el tren circulaba a una velocidad cercana a los 120 kilómetros por hora; se sabe que el maquinista, que murió en el accidente, no había consumido alcohol ni drogas y que siempre respondió a las señales; se ha analizado el estado de las vías, del propio tren, se ha realizado un simulacro, reproducido las condiciones meteorológicas, el historial del trayecto, el funcionamiento de la señalización y se recabó el testimonio de los viajeros, además de opiniones e informes periciales.
La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios ha asegurado que se ha acabado ya la etapa de información, a falta de una simulación del accidente que se hará por ordenador que una vez concluida permitirá realizar la conclusiones finales.