El Instituto Karolinska de Estocolmo ha concedido el Premio Nobel de Medicina 2016 al biólogo japonés Yoshinori Ohsumi, del Instituto de Tecnología de Tokio, por su descubrimiento sobre el funcionamiento de la autofagia, una especie de brigada de limpieza encargada de eliminar y reciclar los residuos de las células.
Se trata de un proceso fundamental en muchos procesos fisiológicos, como la defensa ante las infecciones eliminando bacterias o virus o la adaptación a la falta de alimento aportando energía, y que está involucrado en múltiples enfermedades, como el cáncer o las patologías neurológicas.
En los años 60 que las células podían destruir sus residuos envolviéndolos en membranas que actuaban como bolsas de basura para después transportarlos al lisosoma, que actuaba como una especie de planta de reciclaje. Sin embargo, no fue hasta 30 años después cuando se comprendió la importancia del descubrimiento al identificar Ohsumi genes esenciales para esa autofagia y demostrar que el proceso también se llevaba a cabo con las células humanas.
