Si Tess Apslund se convirtió en el icono de la lucha contra el nazismo en Suecia, ella se ha convertido en el símbolo de las protestas contra la violencia policial. Leisha Evans, con un vestido largo, gafas de sol, sus cosas en la mano… y tranquila delante de varios policías que la iban a detener.
Esta imagen tomada por el fotógrafo de Reuters Jonathan Bachman ha corrido como la pólvora en las redes sociales, mostrando a una mujer plantando cara a la policía en las protestas de Baton Rouge, en Lousiana, tras la muerte de Alan Sterling y Philando Castile, dos ciudadanos negros, a manos de la policía.
Una protesta que se saldaba con 48 detenidos y en la que Evans era arrestada tras intentar saltar la línea policial con el resto de manifestantes. Una detención sin violencia y sin oponer resistencia que ya se ha convertido en símbolo de las protestas no violentas.
Madre de un hijo de 5 años, enfermera y afroamericana, a sus 28 años Evans decidió dejar a su hijo en Nueva York con su padre y participar en una de las manifestaciones más importantes contra la violencia policial para dejarle un mundo mejor a su pequeño. Fue detenida y puesta en libertad al día siguiente.
