Miles de fieles acompañaron este domingo al Cristo de la Victoria que, con puntualidad británica, de eso se encargaron los organizadores, que hasta hicieron esperar a la talla unos minutos, salió de la Concatedral, recibiendo honores militares.
Precedido por el portador del pendón, el Cristo fue seguido por otros miles más que se agolpaban a ambos lados de las calles, especialmente en Cánovas del Castillo o la pasarela que une el Centro Comercial A Laxe y A Pedra
El Cristo, si estuvo rodeado por millares de devotos, lo cual creó varios problemas por las calles del Casco Vello y la concentración en la Porta do Sol de quienes quisieron unirse al canto del himno con el que se puso fin a la procesión.