En el último debate sobre el estado de la nación el presidente del Gobierno hablaba de recuperación económica, de mejora del empleo y de recuperación de las cotizaciones sociales. ¿Recuperación?…esta es la ‘recuperación’ de verdad: en 2015, de acuerdo con los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el Estado ingresará 78.500 millones de euros en aportaciones de los trabajadores adscritos al régimen general-los que tienen una nómina-. Es verdad lo que dijo Rajoy: es la cotización más alta desde el comienzo de la crisis, en 2008…pero tiene muy poco que ver con la creación de empleo.
La realidad es que en 2008 esa cantidad-entonces 78.919 millones- fue aportada por casi 15 millones de trabajadores, este año serán 12,6 millones de cotizantes, es decir, 2,4 millones menos, los que hagan ese ingreso total a la caja de la Seguridad Social.
Dicho de otra manera: de media, cada uno de esos 12,6 millones de trabajadores aportarán 6.199 € anuales en cotizaciones sociales-lo que es lo mismo, más de 500 € mensuales- exactamente el 28,3% de lo que ganan-, casi un 10% más, de media, que hace solo tres años-y no hay que olvidar que los sueldos no han subido-.
Para ingresar aún más, en lugar de crear empleo, el Gobierno ha optado por otro sistema: ha rebajado las bonificaciones a la contratación, de manera que hay menos fondos en ayudas que antes de la crisis; además, ha aumentado el número de parados que ya no reciben prestación alguna, porque han sobrepasado los dos años de desempleo, a ello se suma la obligación de cotizar por varias prestaciones-como los cheques comida– y se añade algo más: la limitación de la pensión máxima, aunque sigue subiendo el límite de cotización.
Esto último es lo siguiente: en la actualidad es posible cotizar, como máximo, 3.600 € mensuales, aunque ello solo garantiza que, a la hora de jubilarse, el tope de ingresos por jubilación no superaría los 2.560 €– es decir, habría una diferencia de más de 1.000 € que se embolsaría el sistema sin contraprestación directa.
De acuerdo con estos datos, esta es la realidad: hay 2 millones menos de personas cotizando, más de la mitad de los parados ya no reciben prestaciones, han aumentado hasta el 28,3% las cotizaciones sociales, se han eliminado las bonificaciones para la creación de empleo, y mientras crece la base máxima de cotización para la jubilación las pensiones máximas siguen congeladas.
En conclusión: el empleo que se ha creado es precario-puesto que no ha aumentado la recaudación a la Seguridad Social- y, como no llega la recaudación, hay que aumentar lo que se ingresa por cada trabajador que tiene nómina para que cuadren las cuentas.