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Los primeros huesos encontrados en las Trinitarias no son los de Cervantes

Los investigadores de la iglesia de las Trinitarias de Madrid, que llevan varios meses buscando los restos del escritor Miguel de Cervantes hallaron en la cripta un nicho con huesos y la inscripción M. C. en una tablilla adjunta, pero por el momento no pueden confirmar que se traten del autor de El Quijote.

Si han descartado que los huesos que están en mejor estado sean los de don Miguel, puesto que se trata de restos de una persona mucho más joven. Por lo que respecta a los demás la verdad es que están bastante deteriorados y, de momento, no puede descartarse nada, aunque dado su estado los expertos tienen muchas dudas de que puedan servir para identificar al escritor.

¿Qué buscan los científicos? pues algo muy concreto: la estructura ósea de un hombre de 70 años, con la mano izquierda impedida, la columna vertebral curvada– el propio Cervantes, en sus últimos años, dio esta pista, afirmando que estaba encorvado y cargado de hombros- una calavera con muy pocos dientes, seis, algo que también describió él mismo, y alguna traza de las postas de un arcabuz, en la zona de la clavícula, donde fue herido.

Así se describe en el prólogo de las Novelas ejemplares: “Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y nariz corba, aunque bien proporcionada, las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los vigores grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y esos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del Viaje al Parnaso, a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas, y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo..”

 

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