Además de gastarse, y no declarar a Hacienda, casi 16 millones de euros con las ‘tarjetas black’, a las que cargaron gastos en prostíbulos, joyas, viajes, alcohol y decenas de miles de euros en compras en varios establecimientos, los directivos de Caja Madrid podrían haberse embolsado otros 14,8 millones más en retribuciones y pensiones.
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha enviado a la Fiscalía un expediente relativo a las retribuciones y pensiones de la alta dirección de la antigua Caja Madrid. Las irregularidades detectadas tras un estudio detallado de dichas prácticas se refieren al periodo comprendido entre 2007 y 2010, bajo la presidencia de Miguel Blesa, primero, y el ex vicepresidente del Gobierno y ex director del Fondo Monetario, Rodrigo Rato, después.
Hasta la fecha el FROB ha contratado un total de 90 informes de auditoría (conocidos como forensic) que han dado lugar a 27 notificaciones a la Fiscalía sobre presuntas irregularidades en la gestión de las antiguas cajas de ahorros. El expediente relativo a Caja Madrid apunta a “percepciones excesivas” por parte de latos cargos de la entidad y, en algunos casos, perjuicios para la misma sin que estas retribuciones pasaran por la aprobación de los órganos de gobierno correspondientes.
En cuanto a la retribución variable, el Frob denuncia “un posible exceso de percepciones” de 1,8 millones de euros debido a la ausencia de documentación que soportase la fijación de objetivos y el grado de cumplimiento de los mismos en el periodo 2008-2010.
El análisis en profundidad de estas prácticas también ha detectado una supuesta actividad irregular en las aportaciones a los planes de pensiones de la alta dirección. Esta práctica, relata el organismo público, “consistía en sustituir la parte que excedía del máximo deducible en el IRPF por una gratificación extraordinaria para los miembros de la alta dirección”. Dicha gratificación, además, se elevaba al importe bruto para que, una vez practicadas las retenciones correspondientes, se evitara el impacto fiscal en sus perceptores. El perjuicio patrimonial de esta práctica pudo alcanzar los 1,84 millones de euros.
La extinción de varios contratos de miembros de la Alta Dirección también ha sido sometida a examen y se han encontrado pagos e indemnizaciones irregulares con un posible impacto negativo para la entidad de 9,1 millones de euros.
El FROB señala en un comunicado que en 2008 se aplicó a los miembros de la alta dirección de Caja Madrid una subida salarial “significativamente mayor que la debida (superior en algunos casos al 26%)” al tomar como referencia para el aumento una masa salarial mayor que la realmente existente en ese momento. El informe también detecta “una posible percepción indebida de más de 2 millones de euros” en la retribución fija de los componentes de la alta dirección.
