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Obama pone fin a 56 años de bloqueo de Cuba

El 7 de febrero de 1961 el John F. Kennedy llamó a su jefe de Prensa, Pierre Salinger, y le pidió que consiguiera en Cuba 1.000 habanos Petit Upmann, los que fumaba el presidente. Sallinger hizo todas las gestiones y logró que le enviasen de la capital cubana 1.200 cigarros. Al día siguiente, JFK le preguntó “¿los tienes, Pierre?”, “si, señor, 1.200”- contestó Salinger tendiéndole una caja. Kennedy la abrió, cogió uno de ellos, lo encendió y acto seguido sacó de un cajón un papel y lo firmó: era el decreto que prohibía todos los productos cubanos en Estados Unidos, el inicio de un bloqueo que ha durado casi 56 años.

Parece que el mismo ha llegado a su fin. Tras la liberación del contratista Alan Gross de una cárcel de la isla y su intercambio por tres cubanos detenidos en Estados Unidos por espionaje, la Casa Blanca ha adelantado que como parte del acuerdo, los dos países establecerán próximamente relaciones diplomáticas completas a nivel de embajada.

“Hoy, Estados Unidos está tomando medidas históricas para trazar un nuevo rumbo en nuestras relaciones con Cuba y para confraternizar y comunicarse con el pueblo cubano. Estamos separados por 90 millas de mar, pero unidos gracias a las relaciones entre los dos millones de cubanos y cubano-americanos que viven en Estados Unidos con los 11 millones de cubanos que comparten una esperanza similar de llevar a Cuba a un futuro más prometedor”, dice una nota de la Casa Blanca distribuida con el adelanto del anuncio que harán los presidentes Barack Obama y Raúl Castro al mismo tiempo.

“Está claro que las décadas de aislamiento de Cuba por parte de Estados Unidos no han conseguido nuestro perdurable objetivo de promover el surgimiento de una Cuba estable, próspera y democrática. En determinados momentos, esta política de larga data provocó un aislamiento regional e internacional de nuestro país, restringió nuestra capacidad para influenciar el curso de los acontecimientos en el hemisferio occidental e imposibilitó el uso de toda una gama de medidas que Estados Unidos puede utilizar para promover un cambio positivo en Cuba”, dice la nota.

Y concluye, “a pesar de que esta política se basó en la mejor de las intenciones, su efecto ha sido prácticamente nulo: en la actualidad Cuba está gobernada por los hermanos Castro y el partido comunista, igual que en 1961. No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente o intentar empujar a Cuba al abismo no beneficia ni a Estados Unidos ni al pueblo cubano”.

El presidente Obama ha ordenado al Departamento de Estado que comience de inmediato las conversaciones con el Ministerio de Exteriores de Cuba, para abrir embajadas en las dos capitales en el más corto espacio de tiempo. “Volveremos a abrir una embajada en La Habana y realizaremos intercambios y visitas de alto nivel entre nuestros dos gobiernos como parte del proceso de normalización. Como primer paso, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental encabezará la delegación a la próxima ronda de negociaciones sobre Migración en enero de 2015 en La Habana”, afirma la nota oficial estadounidense.

A ello se añadirá la autorización a los bancos estadounidense a abrir cuentas en bancos cubanos, se ampliará el número de categorías de viajeros que pueden volar a La Habana y se dará permiso para que fundaciones privadas puedan ejercer sus actividades e intercambio de periódicos, revistas y programas de televisión.

 

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