A comienzos del periodo estival, el Departamento de Defensa americano dirigió una operación con el cometido de liberar a los rehenes de EE.UU bajo el poder de grupo yihadista del Estado Islámico (EI) en Siria, sin lograr su propósito. La acción se anuncia tras el reconocimiento por parte de la Casa Blanca de la autenticidad del vídeo sobre la decapitación del periodista James Foley por los extremistas yihadistas, según informa EFE.
Un error de localización del departamento de Inteligencia estadounidense no permitió que la estrategia militar culminara en triunfo. El portavoz del Pentágono, John Kirby, declara que “se trató de una operación por tierra y aire y estuvo enfocada en una red particular del EI. Desafortunadamente, la misión no tuvo éxito porque los rehenes no estaban en ese lugar que se pensaba que se encontraban“.
Entre los objetivos se incluía la liberación de Foley secuestrado desde 2012, señalan fuentes de la administración de Barack Obama. El presidente de los EE.UU., declaró que “hará lo necesario para que se haga justicia” por la ejecución del periodista de 40 años. En el vídeo, Foley acusa al Gobierno americano de ser el responsable de su muerte por la intervención en Irak, al atacar las posiciones del EI en el norte del estado.