El paludismo se extiende amenazando el control global de la enfermedad. Se dificulta su eliminación, al detectarse que los parásitos son resistentes a los medicamentos. Las extensiones fronterizas del Sudeste de Asia están recibiendo un mayor número de brotes, según indica un estudio en la publicación New England Journal of Medicine.
Tras analizar más de 1.200 análisis de sangre de personas con malaria entre 2011 a 2013, se concluye que los países con mayor auge de la enfermedad se localizan en Tailandia, Vietnam y Camboya. El profesor de Medicina Tropical de la Universidad de Oxford, Nicholas White, explica que “los controles convencionales no serán suficientes, tendremos que realizar una acción más radical y hacer de esto una prioridad pública a nivel mundial, sin demora”.
En el contexto global, más del 50% de la población está en riesgo de padecer la infección por paludismo. Las previsiones señalan que las víctimas mortales pueden alcanzar las 600.000 muertes al año, especialmente los residentes en el continente africano.