Desde principios de 2014, la superficie arrasada por el fuego en España contabiliza 28.973,22 hectáreas, triplicando las 9.143,21 registradas durante la época equivalente en 2013, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).
De los 6.118 siniestros, el 66% se trataban de pequeños conatos (4.036 quemas), y el 34% arrasaron más de una hectárea (2.082 casos). La cantidad es el doble que en 2013 con 3.373 casos, situándose por debajo de la media en la última década, con 7.901 fuegos. Respecto a los grandes incendios, superando las 500 hectáreas se cifraron 4 expedientes.
El noroeste sufrió las mayores consecuencias (42% de siniestros), a continuación se afectó el interior del estado (37%) y el Mediterráneo (21%). La vegetación leñosa fue la más perjudicada, seguida de la superficie matorral, monte abierto, superficie arbolada y vegetación herbácea.
