Las investigaciones demuestran que el hemisferio izquierdo del cerebro se encarga de las habilidades musicales y del lenguaje. Un estudio realizado en la Universidad de Liverpool (Inglaterra), plantea que al destinar media hora hacia actividades vinculadas con la música, se podría modificar la manera cómo pensamos.
En la investigación, los candidatos no relacionados con éste arte, fueron expuestos a una breve formación de 30 minutos vinculada con el ámbito musical. Los resultados mostraron un incremento en el flujo sanguíneo hacia el lado izquierdo del cerebro, procesando el lenguaje y las melodías de la misma forma que lo desempeñaría un músico.
Los menores con inquietudes musicales, demuestran más rapidez para responder a los sonidos que produce el habla antes que el resto de sus compañeros, según la Universidad de Northwestern (Illinois). Hasta los 14 años de formación musical, responden una milésima de segundo de manera más veloz, una diferencia mínima que presenta mejoras en el envejecimiento del cerebro.
